¡Que rara belleza! Qué extraño ser, que extraño sentimiento, mientras tomábamos ese café, algo en mi en lo profundo de mi ser quiso surgir. Que inteligencia, observaba con delicadeza y no me atreví su platica interrumpir.
Le daba sorbos a mi café y degustaba mi rebanada de pastel, entonces sucedió, me miro fijamente y ¡me clavo muy hondo su mirada azul!
Quede como en extasis……
Con febril premura.
¡Conócela! Gritaron cuerpo y alma a la par, síguela a ver donde esto puede llegar.
…Pero tuve miedo de amar nuevamente con locura, de abrir mis heridas, que suelen sangrar, ¡y no obstante con toda mi sed de ternura cerrando los ojos, salimos de aquel café y la dejé pasar!.
Inspiración pura y para fraseo del poema Cobardía de Amado Nervo