El vuelo de aquella ave me recordó quien solía ser, un ser tan libre, tan tranquilo, bajó un ritmo totalmente acelerado pero al mismo tiempo dominado.
El vuelo de aquella ave me recordó al Dover, que solo bajaba al suelo y tomaba lo necesario para emprender el vuelo a otro lugar.
El vuelo de aquella ave me recordó a mí el Dover que por alguna circunstancia perdí, por que así como solía viajar entre el aire solía irme con mucha paz, por que estaba seguro que jamás me mantendría en la tierra demasiado tiempo, por que él Dover qué hay dentro de mi está hecho para volar.
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